22 de octubre de 2017

Día 3. Viaje al mágico Oporto. Excursión Guimaraes

En este viaje a Oporto íbamos a estar varios días, así que decidimos visitar alguno de las ciudades que hay cerca de la ciudad. Estábamos entre Guimaraes y Braga, y al final, nos decantamos por Guimaraes. Elegimos sin pensarlo mucho y ahora puedo decir que elegimos estupendamente.
Guimaraes es un pueblo al norte de Oporto situado a unos 56 km y el tren desde la estación de Sao Bento tarda en 1 hora y 15 minutos. El precio del billete es de 3,15 eur. 
Como no habíamos preparado muy bien la visita, lo primero que hicimos tras salir de la estación fue ir a una oficina de Turismo para coger un mapa y que nos explicaran un poquito lo más bonito que hay que ver en la ciudad, sin duda alguna, para mí lo mejor de todo es su centro histórico que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el 2001.  Aunque tiene bastantes cosas que ver yo os voy a contar lo que nosotras vimos 1 día en Guimaraes.
Empezamos viendo la Iglesia de la Misericordia situada en una de las plazas principales desde donde parte el centro histórico.  Por éste nos dejamos llevar porque os aseguro que no hay nada mejor que perderse por sus calles y descubrir todos esos rincones sin rumbo.





Llegamos a una de las zonas más animadas de la ciudad, la plaza de Oliveira. Además de animada esta plaza es preciosa y en ella podéis encontrar la Iglesia de Nuestra Señora de Oliveira y el monumento del Salado, monumento conmemorativo de la victoria portuguesa de la batalla del salado de 1340. Es uno de los puntos de encuentro de los habitantes de la ciudad. 
Seguimos por la Rua de Santa María es una de las calles con más encanto de la ciudad, es una de las más transitadas y es que está muy cerca de las atracciones principales de Guimaraes. Es una calle estrecha de esas que te trasladan a otra época y en la que se pueden encontrar comercios, restaurantes, pastelerías,... 
Al terminar la Rua de Santa María está la zona del Palacio de los Duques de Bragrança y el Castillo de Guimaraes. Hay una entrada conjunta que cuesta 6 eur y se pueden visitar los dos en cualquier momento, por lo que decidimos comprar la entrada ver primero el palacio y después de comer el castillo. 
La visita al Palacio de los Duques de Bragança es de lo más amena, no necesita ser guiada, ya que en cada sala se encuentran unos portafolios plastificados con una explicación de lo que se haya en la sala y toda la información necesaria esta en diferentes idiomas. Además está totalmente adaptado para minúsvalidos. Es una visita totalmente recomendada. Sin embargo, el castillo no tiene nada del otro mundo, nada más que las murallas que lo rodean y la torre de Menagem. Al tener la entrada conjunta pues podéis visitarlo y siempre las vistas merecen la pena. ;)
Cerca del castillo también encontraréis la Iglesia de San Miguel do Castelo, que servía de capilla real. 











Estuvimos comiendo en un sitio de los más recomendados y no nos defraudó, aunque estaba completamente lleno, pudimos disfrutar de una de las mejores comidas del viaje. En Portugal son especialistas en preparar el bacalao en diferentes versiones pues en este restaurante tomé uno que no había probado nunca. No podía ser de otra manera y es la especialidad de la casa. Lo mejor es que estaba muy cerca de la zona que estábamos visitando en ese momento, así que nos vino genial. Es el restaurante Mumadona, no dejéis de ir si visitáis Guimaraes. 
Para terminar nuestra visita a esta encantadora ciudad fuimos a la Iglesia de San Gualter, que data del siglo XVIII y se encuentra a las afueras junto a una zona ajardinada que hacen que sea una de las imágenes más características y quizás de las más destacadas de la ciudad.



Guimaraes es una ciudad pequeña y muy fácil de ver, si vais de viaje a Oporto yo os recomiendo un día de excursión a esta bonita ciudad. 




1 de octubre de 2017

Día 2. Viaje al mágico Oporto

Para empezar nuestro segundo día en la ciudad fuimos a tomar el desayuno a un sitio que nos había recomendado una amiga (Gracias Carmen!!). Además nos venía genial porque queríamos empezar la ruta por ahí. El sitio en sí se llama Confeitaria do Bolhao, justo en frente de la entrada al mercado do Bolhao. Es el mejor sitio para desayunar o merendar lo que prefiráis, pero creo que es visita obligada en Oporto. Nosotras repetimos porque nos atendieron genial, los pasteles buenísimos y el precio estupendo.
Después de espabilarnos un poquito tomando el café nos adentramos en el mercado do Bolhao, tengo que decir que soy una enamorada de los mercados/mercadillos y en mis viajes siempre voy a alguno. Éste en concreto me encantó, tiene esa mezcla de decadencia y encanto que hace que sea un lugar especial. En él se juntan los locales con los viajeros, los puestos de comida con los de souvenirs, los amantes de la fotografía con los compradores compulsivos... . ¡Hay de todo!.
Tras pasar un buen rato en el mercado nos fuimos a ver la Capilla de las almas. Tiene su fachada cubierta de azulejos blancos y azules,  exactamente, unos 16.000. Es de estilo neoclásico y  no suele ser muy frecuentada por turistas y la entrada es gratuita.











Al estar por la parte de arriba de la Rua de Santa Catarina aprovechamos para hacer un poco de shopping. Esta calle está muy animada porque además de tiendas, hay puestos callejeros, cafeterías, etc. , pero su local por excelencia es el Majestic café. Es una maravilla tanto por dentro como por fuera, no nos detuvimos mucho, sacamos alguna foto y seguimos hacia el puente de D. Luis,  que en este momento lo cruzaríamos por arriba. Es toda una experiencia cruzarlo, ya que si tenéis algo de vértigo,  es una odisea. Nosotras lo conseguimos, a duras penas. ¡Jajaja!. Aunque os aseguro que las vistas prometen y las fotos desde allí son geniales. 
Llegamos a Vila Nova de Gaia andando, os digo esto porque también se puede bajar en funicular por el coste de 10 eur por persona por un viaje de 3 min. . Se nos había echado el tiempo encima, así que elegimos sitio para comer, esperamos un tiempo para una mesa y nos sentamos a disfrutar de la gastronomía portuense. Después de comer paseamos por la Avenida de Diogo Leite y la Avenida de Ramos Pinto. En esta zona es donde se encuentran las famosas bodegas del vino de Oporto, teníamos pensado hacer una visita a alguna de ellas, pero acabábamos de comer y lo que menos nos apetecía era esto, así que paseamos y nos relajamos disfrutando de las vistas que brinda esta orilla del río Duero.  
                                                                                 






Cruzamos de nuevo el puente esta vez por abajo para volver al hotel a descansar, pero por el camino fuimos haciendo diferentes paradas. La primera fue en la plaza da Ribeira que es una de las plazas más antiguas de la ciudad, en ella hay muchos bares y terrazas y por lo tanto siempre rebosa ambiente, aunque había tanta gente que resultó ser algo agobiante. Vimos el Cubo da Ribeira que está en el centro de la plaza  y la estatua de San Juan Bautista que está empotrada en la pared de la Fonte da Praça da Ribeira. 
La siguiente parada fue la iglesia de San Francisco. Es de estilo gótico con interior barroco. La entrada cuesta 4 eur, se puede pasar al museo y a las catacumbas. No nos llamó especialmente la atención, pero nos gustó mucho el exterior.  En frente,se encuentra la iglesia de San Nicolau, de estilo clásico y barroco y de entrada gratuita. 

El día había dado mucho de sí por lo que nos fuimos a descansar un poco y salimos a cenar...





¿Qué os ha parecido este segundo día? ¿Os gusta la ruta que hicimos?. Espero vuestros comentarios!!.












14 de septiembre de 2017

Día 1. Viaje al mágico Oporto

Tenía muchas ganas de conocer Oporto y os puedo asegurar que la expectativa no superó a la realidad. Me había imaginado siempre paseando sobre esos adoquines, mirando paciente esas fachadas de azulejos y dejándome llevar por sus rincones. 
Empezamos el día bien prontito llegando al aeropuerto de Madrid, nuestro vuelo salía a la 09.20 y llegamos a Oporto sobre las 09:35, ¡qué viaje más corto!. En Portugal es una hora menos, de ahí esa hora de llegada. 1 hora y poco es lo que se tarda en llegar desde Madrid. 
Para ir hasta el centro de la ciudad que es donde nos alojaremos durante nuestra estancia cogimos el metro, lo más importante es validar los tickets antes de subir a él. Tardamos 40 minutos en el traslado y recorrimos los apenas 500 metros que separan la estación de Sao Bento con el Bed & Breakfast Linha 22.
Antes de ir hasta allí dimos una vuelta por la zona e hicimos algunas fotos de la Torre de los Clérigos y algunas fachadas que son realmente bonitas. Y Oporto ya empezaba a desprender ese encanto.








Elegimos este hostal por su ubicación, también es cierto que en las fotos parecía otra cosa. Nos dieron una habitación bastante pequeña y no teníamos espacio para pasar entre la cama y la pared.  El edificio está considerado de  valor histórico y patrimonial, por este motivo no tiene ascensor y nos tocaba subir los tres pisos por una maravillosa escalera típicamente portuense que data de 1873. Yo lo recomiendo, aunque no ha sido el mejor hotel donde me he alojado. ¡La ubicación es de 10!. La atención del personal muy buena y estaba muy limpio.


La primera visita que tenía prevista era ir hasta la librería más famosa, conocida por todos, debido a que en ella la escritora J.K. Rowling se inspiró para crear las escaleras de Hogwarts en sus libros. Además ha sido reconocida por diferentes entidades como una de las más bellas del mundo y para mí hasta el momento es la librería más bonita que he visto. La visita es un poco agobiante porque en ella se aglomera mucha gente y realmente no puedes disfrutar de la librería en sí, pero es una visita más que obligada si viajáis a Oporto. 
Lo más interesante que os tengo que contar es que si os queréis ahorrar la cola kilométrica que suele llegar a la Torre de los Clérigos se puede comprar la entrada online y así evitaréis la dichosa cola, yo no soy nada paciente, por eso, cuando organizo mis viajes suelo llevar las entradas de los sitios que quiero visitar desde casa. No os podéis llegar ni a imaginar la cola que había ese día (16-08-17) y con un calor de justicia. ¡Insoportable!.  Sólo tenéis que sacar la entrada aquí en la pagina oficial en la parte de arriba a la derecha, llevar el ticket impreso y presentaros en la puerta de la librería unos 15-20 minutos antes de la hora de entrada reservada.



Tras la visita a la libreria Lello e Irmao fuimos a ver la Iglesia do Carmo e Iglesia das Carmelitas que están anexas la una a la otra, la primera estaba abierta, pero la otra cerrada. Vimos la Iglesia do Carmo que nos enamoró sobre todo por su fachada con un gran mosaico de azulejos azulados y blancos en su parte lateral. Es una mezcla del barroco y el rococó, estilos muy comunes en muchos edificios de Oporto. La entrada es gratuita. 



Cuando llegó la hora de comer fuimos a un sitio cerca de un parquecito, comimos de buffet porque fuimos a un par de sitios que tienen muy buenas recomendaciones, pero estaban cerrados por vacaciones, eso sí comimos a un precio estupendo y todo estaba rico. Enseguida nos fuimos a descansar porque habíamos madrugado mucho y queríamos aprovechar la tarde.
Por la tarde lo primero que fuimos a ver fue la estación de tren de Sao Bento, creo que sobran las palabras cuando entras en ella. Es tan bonita debido a esos paneles de azulejos que decoran su interior. La estación fue construida sobre un antiguo convento a principios del siglo IX.


Paseando por la zona, un poco más arriba está la Catedral de Oporto (Sé de Oporto). Es el edificio religioso más importante de la ciudad que está plagada de maravillosas iglesias decoradas con azulejos típicos portugueses. Está declarada monumento nacional y es que en su interior cuenta con un claustro digno de admirar. La Catedral se encuentra ubicada en uno de los mejores miradores de Oporto y eso fue lo mejor para mí. las vistas. Por una parte se puede ver el río Duero, Vila Nova de Gaia y sus bodegas. Nosotras fuimos cuando caía la tarde y os aseguro que es un momento inolvidable. 





Para bajar hasta la Ribeira lo hicimos por las Escadas do Barredo, considerado el barrio más antiguo de Oporto. Nos adentramos en un laberinto de callejuelas y escalinatas llegando a pasar por las murallas Fernandinas de las cuáles algunas partes se conservan hasta nuestros días. Esta zona es algo incómoda e inaccesible, pero desprende toda esa magia que Oporto muestra a cada paso. Aquí la ciudad ya me tenía totalmente conquistada. 
Aparecimos en la Ribeira más animada con un montón de puestos y gente por todas partes, las terrazas ya estaban llenas de viajeros y locales disfrutando de la rica gastronomía. Esta zona es una de las más bonitas porque sus fachadas tan coloridas y su ambiente atraen a todo aquel que visita Oporto, aunque se aprecian más desde la orilla opuesta, desde Vila Nova de Gaia.  Como no había sitio en ningún restaurante, medio reservamos una mesa y seguimos nuestro paseo por Cais da Ribeira.  Llegamos hasta uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad, el puente de Don Luis I y tras hacer 200 fotos nos fuimos a cenar. 
Elegimos un sitio bastante cerca del puente y cenamos con esas vistas. 











Espero que Oporto os conquiste como a mí desde casi el primer momento que pisé la ciudad. Los que lo conocéis, ¿os cautivó o no?. Y los que no lo conocéis, ¿os animáis a conocerlo?.