Normalmente organizo mis viajes yo, es decir, empiezo a buscar el vuelo y si veo algo que está al alcance de mis posibilidades, lo compro. Después ya con las fechas totalmente decididas y el vuelo comprado, busco el hotel y a partir de aquí traslados, transporte, etc. En esta ocasión por falta de tiempo debido al trabajo y a otros quehaceres me puse en contacto con una agencia de viajes y ellos se encargaron de todo. La diferencia de precio era escasa porque aunque no tenía mucho tiempo si que eché un vistazo y mire los precios. Es bastante cómodo, llegar recoger todo el papeleo y listos para viajar.
Partíamos hacia NY el 27 de mayo a las 17.30 hrs. y como mejor empezar este viaje que reclutados por la seguridad, sí como leéis. Es un control de seguridad en el que escogen a la gente de forma aleatoria y nos tocó, obviamente no teníamos nada que esconder, pero el susto no te lo quita nadie. Tras pasar el control esperamos ansiosos que se abriera la puerta de embarque.
El avión despegó y estaba encantada, algo muy extraño en mi, ya que tengo un miedo horrible a volar, es algo que no puedo remediar. Encantada, pero con mi miedo.ME ENCANTA VIAJAR, PERO ME DA MIEDO VOLAR, esto es contradictorio, pero es así. Ya sabéis otra cosa de mi, no sé si os lo había contado antes. No había volado en este tipo de aviones desde que era una niña, así que estaba ansiosa por ver una peli, porque nos trajeran la cena... Esto hace más llevadero estos vuelos transoceánicos, o eso me pareció a mi.
El vuelo transcurrió con normalidad y las 20.15 hrs. estábamos en el aeropuerto JFK de NY, pasamos los controles de seguridad y nos reunimos con la agencia que nos correspondía. En una hora más o menos estábamos en nuestro maravilloso hotel. Vemos unas fotos y así comprobáis lo maravilloso...
Elegimos el hotel YOTEL que está en la 10th con la 42nd y esto significa que estás a tres manzanas de Times Square. El hotel tiene un diseño de los más innovador. Yotel reunía todas las características que busco en un hotel cuando viajo. Estaba muy limpio, muy limpio. La ubicación era más que perfecta y la habitación contaba con caja fuerte, una televisión plana y la cama era automática, es decir, durante el día estaba como más recogida (digamos sofá), lo cual era perfecto para descansar y leer un rato el planning del día siguiente antes de dormir. Para dormir bastaba con pulsar el botón y se deslizaba hasta quedar totalmente tumbada. El baño está separado únicamente por una cortina, así que depende de la confianza que tengáis con la persona que os acompaña esto puede ser algo incómodo o no, hay dos dispensadores de gel, uno get up (levantarse) y otro get down (descansar)
En cada planta hay una habitación con todo lo necesario para tomar un café o una infusión, incluso el microondas se podía utilizar para calentar algo de comida, yo cada noche tomaba mi infusión de camomila. También tengo que destacar que el "desayuno" estaba incluido, esto en NY es inusual, no os vayáis a pensar que era un desayuno por todo lo alto, ¡no!. Café y muffins, muffins y café, pero en una terraza con vistas al Chrysler que por muy malo que estuviera el café las vistas hacían que hasta el sabor cambiara. ¿No os parece una maravilla?
Realizamos el check-in, subimos a nuestra habitación y dejamos las maletas, nos falto tiempo para salir corriendo, literalmente corriendo hacia Times Square. En la primera imagen veréis el movimiento de la 42nd, y en la segunda Times Square en todo su esplendor. Es fantástico poder sentarse en las escaleras rojas y ver la vida pasar, coger una hamburguesa en Roxy y sentarse en una de las mesas rojas también y disfrutar de la noche.
Times Square, ¡impresiona!.Nosotros disfrutamos un rato este momento y nos fuimos a descansar, ya que estábamos agotados del viaje. Al día siguiente teníamos contratada una excursión con una agencia, esto os lo explicaré con más detalle en el siguiente post. ¿Esperaréis impacientes? Yo lo espero...
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