23 de octubre de 2016

Florencia: Día 1

Florencia, la cuna del renacimiento y una de las ciudades europeas de visita obligada, por lo menos una vez en la vida (yo ya llevo dos, jaja),  sería la siguiente parada en nuestro road trip por la Toscana. Llegábamos alrededor de las 11.30 para dejar nuestro coche de alquiler en la oficina elegida a las afueras en Viale Amendola, 36. Como sabéis no sabía como iba a resultar la experiencia de alquilar en el extranjero, entregamos el coche y ni siquiera lo miraron, esto no me dio mucha confianza, pero no tuvimos ningún problema. Nos dirigimos a la Piazza Beccaria para coger un bus que nos llevaría muy cerquita de la dirección donde nos íbamos a alojar durante las dos noches que pasaríamos en Florencia.
Esta vez elegí un apartamento porque la relación calidad/precio de los hoteles no era lo que buscaba y buscando, buscando y buscando encontré el apartamento de Francesca. Y fue todo un acierto, estaba reformado, muy limpio, cerca del centro histórico y de la estación de tren de Santa María Novella. Era muy cómodo, el apartamento en sí y sobre todo la situación. Y Francesca fue muy amable y nos atendió estupendamente antes, durante y después de la estancia. Echarle un vistazo y si tenéis pensado viajar a la capital Toscana es muy recomendable.
Conforme llegamos y nos acomodamos nos fuimos a comer. Tenía bien pensado donde iríamos. Primero veríamos la Piazza di Santa María Novella donde se encuentra la Basílica homónima. El horario para pasar es de 9-19 hrs de abril a septiembre, los viernes a partir de las 11 hrs  y la entrada cuesta 5 eur. En su interior hay frescos que reflejan la vida de Florencia en la alta Edad Media.
Tras callejear lo justo, llegamos al mercado central el cual sería nuestra primera toma de contacto para comer en la ciudad. Como ya os expliqué en el post sobre dónde comer/cenar en Florencia es en la 2ª planta donde se encuentra los sitios para comer y poder deleitarse con diferentes variedades de comida: Pizza, pasta, ensaladas, hamburguesas, bistecca alla Fiorentina, etc. Nosotros elegimos hamburguesa y pasta. 
Después de comer serían las 15.30 nos fuimos a descansar un poco y así quitarnos de las horas de más calor que no invitan a estar por ahí.
 



 



 
Aunque como veis en estas últimas imágenes las calles estaban hasta arriba de gente aún con los 30 y algo grados que había.
Salimos sobre las 17.45 de nuestro apartamento en Via del Porcellana, esa tarde quería hacer un recorrido por las maravillosas plazas de la ciudad. Aunque iríamos andando junto al río para ver uno de los puentes más famosos de Europa, pero no nos acercamos hasta él. Después nos adentraríamos en la ciudad por la Piazza Santa Trinita desde aquí las calles colindantes están repletas de tiendas de diseñadores sobre todo la Via de'Tornabuoni.
Llegamos a la Piazza della Repubblica es de las más famosas de la ciudad y el resultado más conocido de la época del renacimiento. Hicimos unas cuantas fotos y no dejamos de fotografiar esa imagen tan característica del carrusel antiguo que hay en la Piazza, aunque en esta ocasión también pudimos encontrarnos con la escultura de una réplica del David de Miguel Ángel tumbada, pero completamente negra. Un símbolo de luto universal por el atentado de Niza.
Por la Via Roma llegamos hasta la Piazza del Duomo considerada como centro civil y religioso de la ciudad donde se encuentra: el Battistero di San Giovanni, el Campanile di Gioto y la Cathedral di Santa María del Fiore (Il duomo). Sin duda una de las imágenes más populares de la capital Toscana.
Nuestro paseo continúo hasta la Piazza di Santa Croce, en la que se encuentra la Basílica del mismo nombre y el monumento a Dante Alighieri. Era la hora del aperitivi y como no habíamos experimentando esta costumbre italiana decidimos que era el momento de hacerlo y el sitio elegido fue Moyo.  ¡Un plan diferente!. Si queréis ver mi opinión podéis ver el post: Dónde comer/cenar en Florencia.
Volvimos a pasear junto al río para ver el puente con otra luz y es realmente aconsejable cuando empieza a anochecer.
Nuestra noche terminaría disfrutando de un helado en la Piazza di Santa María Novella. No recuerdo la cantidad de helados que tomé durante el viaje, pero unos fueron más especiales que otros. Y es que otro de los placeres de viajar a Italia es su ríquisimo gelato.
 




 

 
 




 

 
 
 
 
 
 
 

 
 
 
 
 
 







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